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Las reflexiones son tomadas de situaciones cotidianas, con las que cualquiera puede identificarse; con el fin de valorar aún más La Biblia, y aplicarla de manera aún más intencional a nuestras vidas.
La Biblia es un regalo de Dios para la humanidad, para quienes transitamos la vida día tras día, de tal manera que podamos vivirla de la mejor manera posible y disfrutar de la vida abundante que Jesús ganó para nosotros.
Me gusta decir que La Biblia es una especie de “Manual de instrucciones”, en donde Dios nos guía y orienta para vivir la vida en plenitud, y nos advierte de posibles errores que tienen el potencial de quitarnos la paz, el gozo y la salvación misma; con el fin de que los evitemos.
La Palabra de Dios tiene mucho que ver con la vida diaria; sin embargo, he notado que a muchas personas, incluso a creyentes de muchos años, les cuesta relacionar su diario vivir con lo que Dios ha expresado en las Escrituras respecto a su voluntad para nosotros.
Jesús mismo, durante su ministerio, enseñaba a la gente profundas verdades espirituales, valiéndose de elementos y situaciones muy cotidianas para sus oyentes: un pastor buscando a una oveja perdida, un comerciante asaltado, un granjero sembrando trigo, un ama de casa que perdió una moneda, los labradores de una viña, una masa con un poco de levadura, y tantas otras parábolas más. ¿Puedes ver cómo el Maestro se enfocó en lo cotidiano? Es que ése es el fin de los mandamientos de Dios y de la Biblia misma.
Este humilde libro tiene como fin ayudar a las personas a conectar su vida cotidiana con la Palabra de Dios, a través de 30 reflexiones breves y sencillas, pero a la vez muy profundas y reales, tomadas de situaciones con las que cualquiera puede identificarse; con el fin de que juntos podamos valorar aún más La Biblia, y aplicarla de manera aún más intencional a nuestras vidas.
Es mi deseo que seas inspirado, animado, consolado y edificado por Dios y por su Palabra mientras lees cada una de las reflexiones incluidas en este libro.
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